Es difícil imaginar que las pacíficas aguas de la Bahía de San Juan de Luz, en la parte francesa del Golfo de Vizcaya, hayan sido gobernadas alguna vez por temibles corsarios vascos, durante el siglo XVII. Esta comuna de 15.000 habitantes, ubicada en el departamento de los Pirineos Atlánticos (región de Nueva Aquitania), regala una medialuna de playas de arena fina y casi sin olas, con un clima familiar y un casco antiguo poblado de bellísimas casas de estilo vasco. San Juan de Luz vendría a ser la contracara relajada de Biarritz, el sofisticado balneario francés que se encuentra a sólo 20 minutos de aquí. Esta romántica ciudad, que se levanta a resguardo del Mar Cantábrico, será recordada por siempre como el sitio en donde se enamoró Louis XIV. Entre los mayores atractivos que ver en San Juan de Luz destacan: la Plaza Louis XIV, el mercado des Halles, el puerto, el paseo marítimo y la célebre Grande Plage, su vasta playa urbana.
Descubre los lugares más espectaculares que ver en San Juan de Luz
Casco antiguo
Uno de los primeros lugares que ver en San Juan de Luz es su casco antiguo. Quienes paseen por el casco antiguo de San Juan de Luz descubrirán un increíble collage arquitectónico, que agrupa suntuosas mansiones y casas con marcos de madera de vivos colores. Es la combinación más sutil que se pueda encontrar entre la arquitectura clásica francesa y la vasca.
Este mix de estilos (vasco y francés) primó en esta región del país durante el siglo XVII, cuando San Juan de Luz se configuró como un puerto pesquero fundamental para la economía de Francia. En el casco histórico se concentra una gran parte del patrimonio histórico local, desde la Plaza Louis XIV y la Maison de Louis XIV hasta la Iglesia de San Bautista, ubicada sobre la Rue Leon Gambetta, la calle peatonal por excelencia de la ciudad.
Para quienes quieran saber un poco de la historia de San Juan de Luz, esta ciudad fue aterrorizada por los corsarios vascos durante el siglo XVII. Empeñados en destruir a los enemigos de Francia, estos bravos piratas eran temidos por españoles e ingleses. Los corsarios también llevaron sus tesoros a San Juan de Luz y esa antigua riqueza se palpa al caminar por las calles del casco antiguo.
Sólo el matrimonio de Louis XIV de Francia con la infanta María Teresa de Austria, hija del rey Felipe IV de España, puso fin a décadas de saqueos y ataques marítimos. Esa boda, que se celebró luego de la firma del Tratado de los Pirineos -rubricada en la Isla de los Faisanes-, tuvo lugar en San Juan de Luz en junio de 1660. Expertos en historia diplomática coinciden en que aquel casamiento fue uno de los acuerdos político-maritales más importantes jamás registrados.
Plaza Louis XIV
La Plaza Louis XIV es el epicentro del casco histórico y uno de los sitios emblemáticos que ver en San Juan de Luz. En este espacio se concentran las terrazas, en donde locales y turistas confluyen cada día y cada noche. En la plaza se lucen especialmente las casas con entramado de madera, así como el Ayuntamiento y la Maison de Louis XIV. En las noches de verano, es un lugar que respira bohemia, porque se llena de puestos de pintores y artesanos, con músicos callejeros siempre dispuestos a alegrar la velada.
Maison de Louis XIV
La historia de Louis XIV en San Juan de Luz es muy interesante. Como dijimos, el monarca francés se casó en esta ciudad el 9 de junio de 1660 y, al sellar la unión con la infanta María Teresa de Austria, logró terminar con las históricas tensiones entre Francia y España. Louis XIV eligió celebrar la boda en esta ciudad por su cercanía con la frontera española.
El testimonio de la presencia de Louis XIV en la ciudad es la casa que habitó aquí durante poco más de un mes (40 días, para ser precisos), entre el 8 de mayo y el 15 de junio de 1660. Esta vivienda señorial conserva un esplendor digno de reyes y se puede visitar con tours guiados; en cada detalle se podrá apreciar el modo de vida de las familias acaudaladas de esta localidad durante el siglo XVII. La casa fue edificada en 1643 por Johan de Lohobiaque, el entonces alcalde de San Juan de Luz.
La Maison de Louis XIV no sólo es un emblema que ver en San Juan de Luz por ser una joya de la arquitectura vasca sino que, en su segunda planta, permite descubrir cómo eran los aposentos del Rey Sol (la llamada Habitación del rey) y la preciosa galería principal desde donde se distingue claramente el puerto. El coste de la visita es de 6,5 euros. Vale tener en cuenta que la casa está cerrada los martes.
Maison de l’Infante
Otro de los lugares recomendables que ver en San Juan de Luz es la Maison de l’Infante. La infanta María Teresa de Austria también tuvo su propia residencia para prepararse en los días previos a la gran boda. Esta vivienda, que desde el exterior se distingue por su tonalidad rosada, es conocida como Maison Joanoenia o Maison de l’Infante. La mansión, inspirada en los elegantes palacios venecianos, fue construida en 1640 por orden de un corsario llamado Joannot de Hareneder.
El edificio está ubicado frente al puerto y llama la atención por su torre de vigilancia, que servía a su dueño para monitorear la costa y el ingreso de los barcos al puerto. Este era antiguamente el barrio rico de la ciudad (llamado Barre), que se desplegaba entre el puerto, la playa y la Iglesia de San Juan Bautista.
El puerto
Recorrer el puerto de San Juan de Luz es una buena oportunidad para imaginar las historias de corsarios que asolaban estas costas. En verdad sólo se conservan las antiguas casas del puerto, que supo ser uno de los más ricos de Francia; pero esto no fue por sus virtudes productivas ni pesqueras sino porque aquí depositaban sus tesoros los piratas, que eran apoyados por el rey mientras robasen a los enemigos de la corona.
En el puerto se puede descansar en las soleadas terrazas, mientras se observa cómo los barcos pesqueros ingresan lentamente a la bahía, en la desembocadura del río Nivelle. Durante el siglo XVII, este fue un importante puerto ballenero, pero hoy sólo se capturan sardinas y bonitos. Antiguamente, este era el barrio de pescadores de San Juan de Luz, que se concentraban en la Rue de la République, en donde hoy están ubicados los mejores restaurantes de mariscos de la ciudad.
Paseo marítimo
El gran encanto de San Juan de Luz es su paseo marítimo y su enorme playa urbana, la Grande Plage, que en los días de verano se llena de familias y turistas. La arena fina y el mar casi sin olas hacen de este lugar un verdadero oasis de paz y tranquilidad. Esta zona en forma de medialuna está protegida por tres diques que la mantienen bien resguardada. Para quienes quieran evitar las aglomeraciones de la Grande Plage, también es posible visitar las playas de Cénitz y Lafiténia (ideales para la práctica del surf) o las de Mayarco y Erromardie.
El paseo marítimo (el Paseo de Jacques Tribaud) es un espectáculo en sí mismo. Recorrerlo permite descubrir el Grand Hôtel, con su elegancia neo-romántica, y el Casino de La Pérgola, un símbolo del art deco en Francia. Tampoco faltan las coquetas casas de arquitectura vasca, que enfrentan al precioso Mar Cantábrico.
Rue León Gambetta
La Rue León Gambetta es la calle más importante que ver en San Juan de Luz y en ella se concentra una gran cantidad de tiendas de ropa y locales de venta de chocolates. Es muy entretenido pasear por esta calle peatonal, escoltada por casas coloridas y repleta de célebres boutiques de pan, como la Maison Adam, que tiene fama de preparar los mejores macarons de Francia.
Iglesia de San Juan Bautista
En la Rue León Gambetta se ubica la Iglesia de San Juan Bautista, construida entre los siglos XV y XVII que es uno de los templos más importantes que ver en San Juan de Luz. De sobria fachada, es difícil imaginar la majestuosidad de su interior. Este templo es un símbolo de las iglesias ubicadas en el País Vasco francés, con todas las características arquitectónicas de la época (como las típicas galerías de madera). Lo que más sorprende es su fantástico altar barroco, que data del siglo XVII.
En esta iglesia se celebró la boda real de Louis XIV y la infanta de España, María Teresa, lo cual sigue siendo un orgullo para los pobladores de San Juan de Luz. Algunos historiadores afirman que, al terminar la ceremonia, la puerta del templo fue tapiada con ladrillos para declarar el final simbólico de los problemas políticos entre España y Francia (algo que finalmente no sucedió).
Mercado Les Halles
El Mercado Les Halles es toda una atracción que ver en San Juan de Luz. Abre todos los días del año y concentra puestos de pescado, panadería, frutas y verduras (también se vende carne de caballo). Quienes lo visiten -se recomienda hacerlo los martes y viernes, días de mayor actividad- podrán descubrir un auténtico muestrario de la gastronomía vasca, con cada uno de sus ingredientes. También vale la pena probar un delicioso queso tradicional del valle del Nive, llamado Ardi Gasna (queso de oveja, en lengua euskadi). En los alrededores del mercado está repleto de restaurantes y bares con terrazas.
Ciboure y Fuerte de Socoa
En la Bahía de San Juan de Luz se encuentra la pequeña localidad de Ciboure. Es un pueblo precioso que despliega sus hermosas playas de arena al otro lado del río Ugarana. Uno de los grandes atractivos de Ciboure es el Fuerte de Socoa, construido por Luis XIII de Francia a comienzos del siglo XVII. Actualmente no es posible ingresar a esta fortificación, pero su presencia en la punta de la bahía es mágica y las vistas desde allí (con el bravo Mar Cantábrico y sus caprichosas formaciones rocosas) son inolvidables.
Resumen de cosas que ver en San Juan de Luz
- Casco antiguo
- Plaza Luis XIV
- Maison de Luis XIV
- Maison de l’Infante
- El puerto
- Paseo marítimo
- Rue León Gambetta
- Iglesia de San Juan Bautista
- Mercado Les Halles
- Ciboure y Fuerte de Socoa